lunes, 23 de enero de 2012

A Rose for Epona

Hace mucho, mucho que no escribía por aquí. Y eso que me propuse hacerlo más a menudo. Bueno, supongo que estas cosas pasan a veces. Tampoco tenía muy claro que poner o qué contar, hasta ahora. Hoy, voy a hablaros de música, y más concretamente de Eluveitie.

Ayer, descubrí las nuevas canciones de Eluveitie. Al escucharlas me gustaron mucho. Son muy diferentes entre sí, pero son claramente muy parecidas, muy suyas. Por varios motivos he terminado escuchando el disco entero. Y ha sido una gozada. A lo largo de la introducción y la primera canción he sabido que iba a ser un disco sublime, por lo menos para mí.

Hay veces, contadas, de hecho solo me ha pasado con unos pocos grupos en las que, cuando escucho una canción la canción me toca de forma muy directa. A veces comienza con un escalofrío, contienes la respiración, y cuando te quieres dar cuenta, tienes la carne de gallina. Estás maravillado por lo que escuchas. Da igual que no sea bueno, o lo que piensen los demás, has conectado con esa música. Vas sintiendo como se te van humedeciendo los ojos y piensas “no estoy triste, pero estoy verdaderamente emocionada”. Solo puedes sonreír mientras niegas con la cabeza y cierras los ojos, porque crees que así vas a escuchar mejor. El corazón te late más rápido y te mueves al ritmo.

No sé si alguna vez os ha pasado. Pero, para mí es señal de que va a ser importante, significativo.

He estado cotilleando su página web y dicen que este es un álbum conceptual, que todo él va a narrar una historia sobre las guerras galas. Eso hace que todo el disco gane puntos.

De momento la que más me ha cautivado es ‘A Rose for Epona’, aunque solo lo he escuchado por encima. Aunque claro, exceptuando las instrumentales. Esas son geniales siempre. Os dejo con el trasfondo de la canción, que a mi parecer la hace ganar mucho. El trasfondo está sacado de su facebook.

‘A Rose for Epona’ se encuentra en medio de la historia, por lo que narra el estallido se las guerras galas. Los Helvetios decidieron abandonar sus tierras natales y migrar a la costa oeste de la Galia para comenzar una nueva vida. En ese momento, esta canción habla de cómo muchos Helvetios tuvieron que enfrentarse a sus esperanzas destrozadas.

Y así lo hace la protagonista desde cuyo punto de vista está escrita: una joven mujer gala que formó parte de la migración helvética pero que después de la Batalla de Bibracte, todas las esperanzas que ella y su gente tenían, sobre alcanzar un nuevo hogar fueron destruidas totalmente.

Además, podéis imaginaros: ella probablemente ha perdido a su marido en la Batalla de Bibracte y ahora tiene que afrontar que puede estar agradecida de que su hijo recién nacido no sea asesinado o que ella misma no sea vendida como una esclava romana.

Su situación era desesperada. En este caso, “nuestra” joven mujer gala se desespera, no puede aceptar su destino, y se vuelve a su diosa Epona para acusarla de haber abandonado a su gente. Eso es lo que la canción expresa.

Como nota histórica: Epona era una diosa gala que se ocupaba de los caballeros y sus caballos. Por toda la Galia había templos de Epona donde la gente tradicionalmente la ofrecía rosas recién cortadas o pétalos de rosa.

¿Sientes las espinas? ¿Ves las lágrimas? ¿Ves la sangre derramada en esta guerra? ¿Nos has abandonado? ¿Has olvidado a nuestros fieles hombres que te llamaban?

Mientras estoy de pie ante ti, mientras perecemos, mientras deposito una rosa carmesí, mientras las manos agarradas son separadas a la fuerza, mientras la esperanza se retrasa como los hombres están condenados. ¿Estabais allí?

El cielo está derrumbándose sobre mí, mientras tu mano de vuelve vieja y débil. Estoy renunciando a ti un sacrificio inútil marchito.

En tu Nemeton, estas grises paredes de piedra son frías y silenciosas como los caídos. Madre se ha quedado sorda, amante de esperanzas destrozadas y sueños rotos para siempre. ¿Estabais allí?

Epo, Epo, ¿por qué me has abandonado? Juntos somos desconocidos. Encomiendo mi espíritu a tus manos. Juntos descendemos con nuestro pueblo.

lunes, 9 de enero de 2012

Bless the broken road

Hoy, como sabréis he vuelto a la escuela de enfermería donde estudié. Pasé allí tres años y tres años es un tiempo considerable.

Aunque fui a recoger el título, fui también a ver a mi tutor de prácticas. Aunque digo mi, era el tutor correspondiente a nuestro curso, y nos acompañó en las prácticas a lo largo de la carrera. Si tuviera que hacer un top 5 de los profesores de la carrera, estaría en él. Incluso le pondría en el pódium. Recuerdo que siempre nos decía que era un puesto nuevo para él, que éramos su primer curso siendo tutor, y que no sabía cómo hacerlo. Supongo que habrá multitud de opiniones, pero para mí fue un gran tutor. De estos profesores que dejan huella.

Hoy, digamos que ha sido como otra tutoría más. Siempre me hizo gracia su despacho, me resultaba muy curioso. Tenía varios posters de Galicia, símbolos celtas, una puesta de sol, un bosque, mapas, un calendario informal en que iba tachando los días. Sobre una silla, las botas de motero, la chupa, los guantes y el casco mientras le veías con el uniforme blanco de enfermero. Un corcho, con algunos dibujos de su hija, y algunas fotos. Un par de plantas y unas piedras alineadas, unas encima de las otras, y una vela. Miles de libros, papeles y archivadores. Pulcramente ordenado. El equipo de música siempre sonando con música clásica. Dos sillas, una frente a otra, unas hojas sobre su mesa, un boli bic, y una taza de café.

Me ha estado contando cómo está la situación en el hospital, cómo afecta la ampliación de horario que han hecho, los cambios de turnos… Todo ha cambiado bastante. Pero el ambiente no había cambiado nada. Me preguntó, ahora con distancia, que opinaba de mi último año, qué recuerdos tenía de la escuela, que fue lo mejor, lo peor. Si lo echaba de menos.

No tenía una certeza absoluta, hay cosas que echo de menos, cosas que no. Son momentos diferentes de mi vida, diferentes. Recordó que tuve algunos problemas, turbulencias, en el último curso, por la tensión, por la práctica... Y comentó que ahora me veía mejor, que parecía más tranquila, que miraba las cosas desde otro ángulo. Pero yo le dije que en realidad, creía estar igual de perdida que lo estaba antes. Solo que ahora tal vez, sea un poco más consciente de ello. Él tan solo me dijo que al principio, todos estamos perdidos, pero que de una forma u otra, las cosas terminan cayendo solas en su lugar, de la forma en la que las hacemos caer. Entonces, un día cuando te levantas y te detienes, te das cuenta de que tu camino ha dejado de ser un sendero perdido, en medio de un bosque, o una ciudad, y te encuentras. No hay sentido en apresurar las cosas, cada uno viaja a su ritmo. Sonreí al darme cuenta de lo que la vida te enseña con el tiempo, pero me dijo que no había sido la vida, sino nosotros, sus alumnos quien se lo había enseñado.

También le estuve hablando de cómo me había ido la vida estos meses, de lo que estaba haciendo, de lo que esperaba hacer. De lo mal que está el mundo laboral enfermero, y de lo poco que se puede hacer por eso. Ahora, dijo, estamos en una depresión en un valle, pero las cosas cambian según el tiempo pasa. Cada persona tenemos unas cualidades diferentes, que nacen muy dentro de nosotros y nos guían. No debemos esconderlas, nos hacen especiales y únicos. Y nos iluminan. Esas cualidades son las que nos ponen, también, en movimiento, y con el movimiento los valles pueden ser montañas, y las depresiones riveras. Y así con todo lo que queramos, tan solo si confiamos en nosotros mismos. Creemos en el cambio y creemos en las personas.

Yo ahora no puedo evitar sentir que mis palabras no hacen justicia a los sentimientos que trató de explicar. Que todo lo que pueda escribir es sencillamente insuficiente. Y me ha hecho pensar mucho.

El año pasado, cuando estábamos de exámenes y no íbamos a diario a la escuela, nos enviaba mails al correo de clase. Nos daba ánimos, nos hacía reflexionar, nos enviaba música, y sobre todo, nos enviaba sus palabras. Debió de ser terrible, muchos le contestábamos, y él leía todos los mail y contestaba a todos. Siempre. Se quedaba hasta las tantas, mucho trasnochábamos para estudiar. Recuerdo el sentimiento de no poder más, y ver en la bandeja de entrada, de madrugada, un nuevo mensaje que te daba ánimos.

Hoy he releído algunos de esos correos, sintiendo mucho que algunos se hayan perdido y quiero compartir un fragmento con vosotros. Uno de los que más me ha marcado:

Hacer una reflexión y pensar cuantas veces habéis pensado más en los demás que en uno mismo y que lo mío no importa, y si importa lo de los demás. A lo mejor encontráis la respuesta que seguro os ayuda a crecer.

¿Habremos acertado con la pócima ideal para llegar a vosotros? , no lo se, pero yo desde luego lo he intentado cada día. Creo que hay gente que ha evolucionado para adelante un montón, pero se que hay gente que ha tenido sus crisis de identidad, que se ha planteado seguir, y que no sabe hoy por hoy que va a hacer con su vida y profesión. Desde luego, que no quiero que seáis médicos frustrados, y menos ahora en enfermería que existe tanto personal quemado y achicharrado, pero existen personas como yo, que tienen ganas de seguir, y transmitir esa ilusión que es posible llegar a ella. La enfermería tiene en sus manos, y con esto quiero decir que ahora vosotr@s tenéis en vuestras manos la posibilidad de cambiar las cosas, y junto con nosotros cambiarlas y llegar a ser excelentes profesionales, que además de trabajar y llegar molidos a casa todos los días, se doctoren, investiguen, gestionen, eduquen y por que no impartan docencia, para y por la mejora de nuestros cuidados a las personas, que es el fin de nuestra profesión.

El tiempo pasa rápidamente y lo que es hoy, mañana es pasado, y no dejéis de pasar oportunidades que os ayuden a crecer como personas y profesionales.

Lo cierto es que no sabéis lo que habéis hecho conmigo. Me habéis transformado, pienso de otra forma. Gracias.


Y dicho esto solo quiero dejaros con un video que nos pasó. Lo puso en su mail de despedida y la verdad es que me encantó. La música que nos pasaba, era demasiado variopinta, lo cual es comprensible. Pero esta canción, fue de las que más me gustó.





Every long lost dream led me to where you are
Others who broke my heart they were like Northern stars
Pointing me on my way into your loving arms
This much I know is true
That God blessed the broken road
That led me straight to you

I think about the years I spent just passing through
I'd like to have the time I lost and give it back to you
But you just smile and take my hand
You've been there you understand
It's all part of a grander plan that is coming true

sábado, 7 de enero de 2012

Felices Reyes

Bueno, bueno, bueno. Hoy toca un post con algo de aventura y emoción. Aventura la que ofrecen las calles de Madrid y emoción los regalos de reyes.

Ayer, día cinco de enero, a mis padres les entraron las prisas: no habían comprado los regalos de reyes. Como consecuencia, cada uno por su lado me dio dinero para que le comprase un regalo al respectivo. Por mi parte adoro comprar regalos y si me dan el dinero para ellos mejor que mejor. Y tan mejor que hizo posible que les pudiera comprar algo xD.

Así, por la mañana fuimos a Madrid y dimos un paseo mientras compramos los regalos que faltaban del resto de la familia. Dimos una vueltecita por la feria de artesanía que es sencillamente mortal: tanta cosa bonita y tan cara. Pero finalmente sobreviví y fui tomando nota de aquellos que gustaba y que no. Esto, es muy sencillo con mi madre y tremendamente complicado con mi padre. Mi madre es muy expresiva, no duda en decir lo que le gusta, lo que no y lo que la parece sencillamente horrible. Mi padre en cambio va a su bola, caminando solo delante de los demás y examinando las cosas con cara de póker. Que para regatear en un bazar es estupendo, sí. Para reunir información y hacer regalos, no.

Después fuimos a comer por el centro. Como no sabíamos por donde comer fuimos hacia Sevilla y fuimos dando un paseo por la zona de las tabernas antiguas. Para nuestra sorpresa dimos con un indio y mi padre decidió que era el sitio idóneo para comer. Por mi parte, mientras tuvieran comida no picante, sin problemas. Comimos un menú del día que si bien no puedo recordar el nombre, estaba realmente rico.

Una vez comidos nos separamos. Mis padres iban a ir a dar una vuelta y yo me iba por mi lado armada de dinero y algunas ideas. Primero, el regalo de mi padre.

Mi padre es una persona… complicada, es difícil acertar con él. En todos los sentidos. Por eso me fui a echar un vistazo a cortefiel, pero rápidamente mudé al corte inglés. Sí, es la competencia, lo sé, pero la verdad es que tiene muchas cosas, buenas y estaban de rebajas. Tras mucho mirar me decidí por un jersey de “director respetable” en gris. A la hora de elegir la talla entré en pánico y se debió de notar tanto que vinieron a ayudarme:

-¿Puedo ayudarte en algo?

-Pues… sip. Quería este jersey pero no entiendo estas tallas…

-¿Qué necesitas, una 40, 42…?

-Pues no sé, algo entre una M y una L -sí, la medida más precisa que se me ocurrió xD-.

-¿Qué talla de camisa tiene?

-¿Eh? La misma supongo…

-Bueno, si tiene una 4 de camisa llévate un 5 de jersey, y si tiene una 5 de camisa y tiene algo de barriguita llévate la 6 ^^

-Creo que me llevaré esta –el jersey que había cogido al principio y no soltaba- ¿Se puede cambiar luego, no?

-Sí claro, ven, te la envuelvo.”

Incauta de mí que pensaba que solo tendría que elegir entre la M y la L. Me quedé a cuadros con las tallas. Pero totalmente. La próxima vez me lo estudio antes de ir jajaja.

Después el regalo de mi madre. Primero entre en desigual. Luego salí de desigual. Sin comprar nada, claro. Todas sabemos cómo son las rebajas de desigual. Y me dirigí a la feria de artesanía decidida a explotar la vena de ropa alternativa de mi madre. Fui decidida a comprarla un sombrerito que dijo que la gustó y lo cogí en verde, porque ya tiene uno rojo y otro azul así que… Y finalmente y tras muchas penurias conseguí un vestido negro y morado largo muy bonito y bastante rebajado. Pero eso no se lo digáis a ella.

Luego di un par de vueltas por el centro para hacer algo de tiempo. Recorrí la zona de ópera, subiendo hacia sol y pasando por Sevilla para recorrer nuevamente la zona de las tabernas antiguas que me pareció de lo más bonita. También pensé en ir a ver un poco de la cabalgata, pero según me fui acercando la cantidad de gente me pareció demasiada, estaba algo cansada de andar y cargar con las bolsas y me quedaba poca batería en el ipod. Resultado: me fui a casa.

Al fondo podéis ver el jersey gris de mi padre, a la izquierda de la cazuela negra, doblado, el vestido de mi madre y justo debajo de este el sombrerito verde. El resto, "la destrucción del papel de regalo".

En el día de Reyes suele ser costumbre ir mis tíos y primos, abuela y mis padres, a comer roscón con chocolate en casa de mi abuela. He de decir que adoro el chocolate que hace mi abuela, porque siempre le queda muy espeso y me encanta el chocolate espeso. Por el contrario, mi abuela siempre compra dos roscones de medio kilo y aunque seamos ocho, es mucho rosón, siempre sobra y mi abuela siempre trata de cebarnos para que no sobre.

El primer roscón siendo devorado, mi taza de chocolate cementado y pedacito de roscón. La mano que parte la pana, digo, el roscón es de la abuela.

En la foto no se puede apreciar pero esta vez el chocolate quedó espeso, espeso cemento más bien. Vamos, que costaba beberlo y necesitamos cucharas. El primer roscón cayó que daba gusto y tenía dentro al monstruo de las galletas. Le podéis ver a continuación saludando desde el segundo roscón.

El Monstruo de las Galletas saludando desde el segundo roscón. Aunque, él solo comió galletas. Mejor, más roscón para nosotros.

Después de diversas bromas acerca de galletas y roscones, así es la familia, comenzamos a devorar el segundo roscón y, ¡oh, sorpresa!

¡Eh! Un momento... ¿Qué es eso que asoma desde esa esquina de forma sospechosa?

El Monstruo de las Galletas os presenta al Oso-Perro del segundo roscón. Segundo roscón del que veis, cada vez va quedando menos...

El premio del segundo roscón. Este dio también mucho que hablar, parecía un oso, pero estaba en una pose rara, ¿tal vez fuera un perro? Los biólogos de la mesa no se ponían de acuerdo. También es que estaban entretenidos en hacer estalactitas de chocolate con la cuchara y pedacitos de roscón….

Y entonces llegó ese momento crítico, en el que queda un poco de roscón y un poco de chocolate, pero tu estómago empieza a avisarte de que tal vez no sería buena idea seguir comiendo. No había sobrado más chocolate, aparentemente, así que supusimos que podríamos acabar con el roscón. Pero ¡ay amigos! Dije aparentemente. Mi abuela se fue a la cocina a echar más leche al cazo del chocolate para “rebañarlo” y volvió a la mesa con otro cazo. Pensamos que no íbamos a salir con vida de allí.

Mi abuela con la cazuela del chocolate y el roscón que aún no había menguado más. La cara de mi primo muestra, cláramente, los sentimientos de todos: ¿Más chocolate? O.O Por qué nos haces esto...

El roscón que nos venció xD Familia Casado 1 Roscón 2

Finalmente, di cuenta del chocolate, pero no del roscón, y sobró un pedazo. La abuela trató de que nos lo comiéramos pero no fue posible. Mi estómago decidió ir a la huelga. Lo intentamos y fracasamos. Pero podemos superarlo.

Luego, antes de irnos, mi madre y yo hicimos un poco el cafre con el espejo de la entrada. Mi padre era un poco soso, dijo que era una tontería, que iban a salir mal y que eran cosas de adolescentes así que mi madre y yo le ignoramos y nos hicimos un par de fotos-espejo. En una incluso sale mi abuela destrangis con cara de “no os habéis terminado el roscón”.

Mi madre y su mejor sonrisa profident. Prometo enfocar y cuadrar mejor la próxima vez....

Una vez en casa, solo me quedaba una última labor: enseñaros mi gorro nuevo. No es exactamente como el que yo quería y le falta pelo, pero la verdad es que es muy bonito. Y un buen regalo desde luego. Ya lo estrenaré adecuadamente, porque hoy me hice un moño y el moño no entraba en el gorro. La foto al gorro solo no se precia nada, así que me lo enfundé, y no, no cuenta como estrenarlo porque no he salido a la calle. El caso es que he descubierto que hoy no estaba fina con las fotos espejo. En la foto salgo que con una estola de mi madre, que realmente era de mi abuela, pero que como era de “pelillos”, mi madre pensó que quedaría estupenda con el gorro. Y tiene razón. Es tremendamente calentito.

A partir de ahora mis ideas estarán calentitas....

Y con esto me despido. Solo diré que el resto de regalos van destinado al viaje a Viena. Jo jo jo. Espero que hayáis tenido unos regalos de Reyes estupendos.

miércoles, 4 de enero de 2012

Dejando el 2011, hacia el 2012

Este post va con algo de retraso. Ruego que me perdonéis. Llevaba varios días escribiéndolo. Acorde con el comienzo y fin de año, mi post iba a narrar los acontecimientos pasados e iba a enumerar algunos de mis propósitos. No todos, tenemos pendiente hacer una lista de eso. Vamos, como hago siempre, comentar a grandes rasgos que tal ha sido el año, los momentos más especiales, los más duros…

No obstante, he terminado borrando el post.

¿Por qué? Seamos sinceros, sabéis que le doy mil vueltas a las cosas. A todo. Termino repitiéndome una y otra vez, hasta la saciedad. Cosas que ya he dicho y que no tiene ningún sentido repetir. Pero lo hago.

Metafóricamente hablando, no tengo nada que pedirle al 2012. Sí, cierto, el dinero no me vendría mal, tampoco haría ascos a aun trabajo y un largo etc. Pero el año que entra trae tiempo, no mucho, pero si algo de tiempo. Un año más me da infinitas posibilidades. Infinitas. Y eso, queridos amigos, es tanto como queramos aprovecharlo. Así que este año me pongo como propósito usarlo y vivir.

Es algo que me ha comentado todo el mundo. También, y puede que de los más recientes, mi psiquiatra, ese señor que “apenas” me conoce y va calando muchos aspectos de mi vida. Dice que a veces, al escucharme contar cosas, tiene la sensación de que son cosas que le han pasado a otras personas. Y me entristece pensar que hablo así de mí vida, pues está llena de recuerdos importantes para mí.

Así que se acabó.

Y sé de la canción perfecta para este post. A ver si, de una vez por todas, me entra en la cabeza.


Quizás tambien dude
cuando mejor me divertia.
Quizás yo desprecie
aquello que yo no comprendia.
Yo sé que firme fui
y que afronte ser como era
y así logre seguir a mi manera.
Porque sabrás que un hombre al fin
conocerás por su vivir.
No hay porque hablar, ni que decir,
ni hay que llorar, ni hay que fingir,
puedo seguir hasta el final a mi manera.

P.D: Sí, entre mis propósitos tengo que poner "dejar de morderme los padrastros".