domingo, 27 de mayo de 2012

El sabor de no quererte

Varias cosas han cambiado desde la última entrada. He desechado muchos proyectos al descubrir que no estaba nada motivada para ellos. Supongo que dadas las circunstancias era lo que debía esperar, pero aún así, el llegar a la conclusión por mí misma me ha sorprendido.

Realmente he llegado la conclusión de que me cuesta muchísimo hacer unas cosas por mí misma y que otras cosas solo las hago por eso. Esto es raro, trataré de explicarlo mejor. Por ejemplo, la cocina. Me encanta cocinar, a pesar de que no se me da demasiado bien, todo hay que decirlo. Si tengo que preparar comida para otras personas, por ejemplo, que venga alguien a comer a casa, o algún postre para compartir o celebrar algo, me encanta ponerme manos a la masa. Puedo pasarme horas pensando y experimentando. No obstante, si estoy sola en casa y es la hora de comer, tengo que reunir mucha pero mucha fuerza de voluntad para ir a la cocina y hacer algo. Y nunca es nada elaborado: un par de piezas de fruta, cereales con leche, ramen instantáneo o comida de días anteriores.

También me gusta más peinar a los demás que peinarme a mí, maquillar a los demás antes que a mí y, no sé, saldría una lista demasiado larga.

Por otro lado, gran parte de lo que escribo, en la agenda y mis cuadernos actualmente considero que son única y exclusivamente para mí. Y es algo a lo que dedico bastante tiempo. Más que antes podría decir. También me gusta otorgarle significados propios a las cosas y actuar en consecuencia. Por ejemplo, hace años me encantaba llevar las uñas largas y muy cuidadas. Adoraba hasta la saciedad mi uñas largas y, para mí cortarlas, era como un símbolo de derrota. Consideraba que, si tenía que cortarlas todas porque una se me había roto es que no había sido capaz de mantener algo que me gustaba. O tal vez las cortaba cuando consideraba que no había sido lo suficientemente buena en algo. Ahora, las llevo siempre cortas.

Volviendo al tema principal, que me he desviado un poco. Mis sueños, en esencia no han cambiado, pero sí que lo han hecho muchos pequeños detalles. Supongo que eso es bueno, un cambio siempre indica movimiento, aunque aún no tengo claro hacia donde.

Todo últimamente es un cúmulo de circunstancias. Este año he notado un poco que mi vida se ha hecho más sedentaria, y mucho más últimamente. Durante la carrera no estaba quieta y, aunque no estuviera trabajando o lo que fuera, siempre salía y trataba al menos de andar y moverme un mínimo. Hace poco, me llevé un susto cuando me pesaron en la revisión médica. Sé que no estoy gorda, pero ver en la báscula esos números me hizo darme cuenta de que, si esto seguía así, iba a terminar en un agujero donde no quería estar. Vale que no estoy de por sí, contenta con mi cuerpo. Pero desde luego no estoy dispuesta a estarlo menos.

Poco después tuve que correr para coger un autobús, y terminé sin aliento, mareada, con dolor de cabeza y con las piernas ardiéndome. Tardé cerca de media hora en recuperarme de una pequeña carrera de doscientos metros a lo sumo. A esto, puedo sumarle las frases de la familia de ‘te ves más redondita’ ‘vaya, últimamente has ganado peso’ o ‘ya no eres tan delgadita como antes’ que me han aterrorizado. Me noto las piernas flácidas y los brazos y eso no me gusta nada. Me canso apenas con respirar y como guarrerías hasta hartarme mientras leo o veo series.

Conclusión me voy a poner a hacer ejercicio físico a la de ya mismo. He tenido suerte y he conseguido que Shion me acompañe a patinar con asiduidad. Incluso conseguí que se apuntara a patinar sobre hielo. Quería ir antes de que cerrasen por el final de la temporada. Eso sí los primeros días estaba muerta. Tenía muchas, pero muchas agujetas y me sentía fatal. Pero pasados los primeros días, ya no tengo agujetas y no me siento tan terriblemente cansada. De momento hemos patinado por el Retiro; aunque al primer día nos llovió hizo muy buena temperatura y la verdad es que estaba tremendamente agradable. El segundo no tuvimos tanta suerte e hizo un poco más de calor. Posteriormente decidimos conocer más sitios y probar el parque Juan Carlos I. Advertencia, si tenéis planeado ir allí a patinar: no lo hagáis. El asfalto es muy malo y no hay ni una sola sombra; además que son todo cuesta arriba y abajo, no me parece lo mejor para patinar. Así que no creo que volvamos por allá.

También he cogido mi monopatín, me he dado la hostia del siglo y lo he vuelto a guardar en el trastero. He ido al gimnasio y me he apuntado, además para el curso que viene he echado una solicitud de baile clásico y baile moderno. Además, mañana abren la piscina y ya me he hecho con lo necesario para ir a nadar. Y tengo pensado ponerme a buscar mi raqueta para ponerme a jugar al frontón, quieras que no, no necesitas compañero para ello.

En el ámbito alimenticio he puesto sobre aviso a mis padres y, aunque me niego a comer pescado, lo intentaré con las verduras y hortalizas, y trataré de tomar mucha más fruta. Por otro lado, fuera la coca~cola normal, bienvenida sea la zero, demás bebidas con burbujas fuera también. Me he comprado varias botellas de agua para beber mucha más agua y nada de picotear guarrerías o comer chocolate o golosinas.

Lo último que me he permitido ha sido un paquete de regalices mientras veía la finale de Fringe.

En otro orden de cosas, algo un poco más alegre. Al final he comprado la entrada para ir a ver a Luar na Lubre y voy a ir acompañada. Lo cual es más de lo que me esperaba. Llevo un tiempo queriendo ir a verles en directo y ya por fin tengo entradita, creo que es más de lo que podía pedir. Seguro que es un gran concierto. Además, tengo ganas de comprar merchandising, que hace mucho (desde Turisas) que no sumo nada a la lista.

Poco más, voy a terminar de leer ‘El Despertar de los Héroes’ para que haga un poco más de fresco en la calle antes de salir a hacer algo de ejercicio. Que desde mi ventana puedo ver el intenso sol y que los árboles no se mueven nada y la verdad es que no hace que tenga ganas de salir.

No hay comentarios:

Publicar un comentario