viernes, 2 de diciembre de 2011

El Nombre del Viento - El Temor de un Hombre Sabio

Aunque los terminé el mes pasado, he preferido esperar hasta diciembre para poner el post. ¿Motivo? Me hacía ilusión que este fuera el primer post del mes de diciembre. Nada más elaborado de esta tontería, pero bueno.

Todos sabéis los motivos por los que no lo leía antes. Lo cual no es malo. Me habían hablado antes de él, ciertamente, lo cual me podía dar pie a pensar que a lo mejor no iba a disfrutar tanto del libro como si viniera de nuevas. Nada más lejos de la realidad, de hecho. El primero cayó rápidamente, una gran parte en la cola de Turisas jajaja, y no pude tardar demasiado en leer el segundo. Que, aunque consciente de que de momento es el último, y queriéndolo saborear bien, no pude evitar leer muy rápido. Y las últimas páginas fueron un sin vivir.

No obstante, a veces tenía que dejar de leer y pensar lo que acababa de leer. No sé si alguna vez habéis tenido esa sensación. No de algo que os cueste asimilar propiamente dicho, sino que necesitáis parar un segundo, respirar, por la impresión de lo que acabáis de leer. Por lo que realmente significa eso, lo que implica. De esas cosas que las lees y te pasan más o menos desapercibidas dentro del hilo de la historia pero que en un momento dado se te enciende la bombilla y no puedes evitar pensar ‘eh, espera un momento… joooder, ¿en serio?’. Creo que no me estoy explicando nada bien… Pero podríamos resumirlo en que ha tenido muchos momentos que me han sorprendido, que me han impactado.

También declararme tremendamente fan de Kvothe cuando habla de música. Concretamente de su laúd. Creo que he apuntado gran parte de ellas porque son sencillamente sublimes.

Y además, todo esto añade un punto más a mi lista de cosas pendientes: comprarme una camiseta de merchandising del Nombre del Viento. Sí, alentando mi consumismo. Pero es que en Amazon era uno de los títulos más vendidos desde un mes antes de su publicación. Increíble. Cuando lo he leído me he quedado a cuadros.

Qué puedo decir. El segundo libro me ha sorprendido muy gratamente. A pesar de que es considerablemente largo y que hay partes que me han gustado más y partes que me han gustado menos, evidentemente, en general me ha parecido sublime. Completo. Quiero decir, piensa en un sentimiento, hay pocos que no haya reflejado al leerlo. Y mira que no lloraba copiosamente desde la muerte de Catti-Brie pero… madre mía.

Va a ser una reseña corta, y sin ningún spoiler, por si acaso, ya lo comentaremos ampliamente cuando lo terminemos. Corta porque en sí el libro me ha dado mucho que pensar, en muchos aspectos. Si las circunstancias fueran otras, seguramente me lo compraría por el mero placer de llenarlo de posititos y marcar frases. Aunque de momento me conformo con las frases que he ido apuntando en mi cuadernito de citas, ¡que no son pocas! De hecho, han superado con creces las citas de Fringe xD

Y hablando de citas, no voy a ponerlas todas, porque eso haría el post casi eterno jajaja, no obstante sí dos que veo algunas oportunas. También han sido de las que más me han sugerido que me parece a pensar, dejando unos minutos el libro de lado.

Miré las herramientas que había reunido supe en lo más hondo de mí que a veces una situación se complica tanto que las palabras no sirven para nada. ¿Qué otra opción me quedaba, ahora que las palabras me había fallado? ¿Qué opción nos queda cuando nos fallan las palabras?

No hay hombre valiente que no haya caminado cien kilómetros. Si quieres saber quién eres, camina hasta que no haya nadie que sepa tu nombre. Viajar nos pone en nuestro sitio, nos enseña más que ningún maestro, es amargo como una medicina, cruel como un espejo. Un largo tramo de camino te enseñará más sobre ti mismo que cien años de silenciosa introspección.

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